De entre todas las películas que han sonado como las mejores de este año, ha habido dos que desde un primer momento despertaban en mi una sensación de desidia y aburrimiento con el sólo hecho de pensar en ellas. La primera era “127 horas” (Danny Boyle, 2.010), de la que ya hemos hablado largo y tendido, y la segunda es “El cisne negro” (Darren Aronofsky, 2.010).
Al fin y a la postre, ambas han resultado ser, bajo la humilde mirada del que les habla, las dos mejores películas del año. Si alguien me llega a comentar que una película sobre la representación de “El Lago de los Cisnes” podría llegar a tenerme agarrado a los reposabrazos de la butaca durante dos horas, lo tomaría por loco, pero el cine tiene estas cosas que lo hacen grande.
La historia es la siguiente, una bailarina solista del ballet de Nueva York consigue finalmente el papel protagonista en la representación de “El Lago de los cisnes”, con la salvedad de que ha de representar los dos papeles principales. El cisne blanco, que representa la dulzura y la bondad, a la que la protagonista llega arrastrada por una madre posesiva que trata de sacar de su hija las virtudes que ella no llegó a poseer. Y el cisne negro, que encarnaría la perversión y los anhelos de grandeza a cualquier costa. Esta disyuntiva interpretativa se hace demasiado fuerte y tiene consecuencias funestas.
“El cisne negro”, es una digna hija de Milos Forman, sin ser este su director, ya que su estilo podría ser resultado de un cruce entre “Fama” y “Alguien voló sobre el nido del cuco”, de las que él es director.
Respecto al elenco, destacar que de entre los cientos de películas que se ven en un año y los miles que se pueden llegar a ver en una década, no ha existido una representación femenina como la de Natalie Portman. Sus pasos de la virginalidad a la oscuridad más barriobajera son aterradores, y hacen que su Oscar sea el más justo en mucho tiempo.
La dureza visual de la película hace mucho más creíble cada minuto del metraje, lo brotes sicóticos, las transformaciones y en general toda la ambientación oscura y de intriga sin fin.
Por último recomendaros que no tengáis miedo a acercaros a disfrutar de ella. El que quiera ver una peli sobre ballet, la verá, pero el que no, quedará prendado de un thriller sicológico desgarrador y oscuro, que al salir de la sala te dejará roto pero satisfecho.
Pretenciosamente vuestro;
PITUFO FILÓSOFO
Al fin y a la postre, ambas han resultado ser, bajo la humilde mirada del que les habla, las dos mejores películas del año. Si alguien me llega a comentar que una película sobre la representación de “El Lago de los Cisnes” podría llegar a tenerme agarrado a los reposabrazos de la butaca durante dos horas, lo tomaría por loco, pero el cine tiene estas cosas que lo hacen grande.
La historia es la siguiente, una bailarina solista del ballet de Nueva York consigue finalmente el papel protagonista en la representación de “El Lago de los cisnes”, con la salvedad de que ha de representar los dos papeles principales. El cisne blanco, que representa la dulzura y la bondad, a la que la protagonista llega arrastrada por una madre posesiva que trata de sacar de su hija las virtudes que ella no llegó a poseer. Y el cisne negro, que encarnaría la perversión y los anhelos de grandeza a cualquier costa. Esta disyuntiva interpretativa se hace demasiado fuerte y tiene consecuencias funestas.
“El cisne negro”, es una digna hija de Milos Forman, sin ser este su director, ya que su estilo podría ser resultado de un cruce entre “Fama” y “Alguien voló sobre el nido del cuco”, de las que él es director.
Respecto al elenco, destacar que de entre los cientos de películas que se ven en un año y los miles que se pueden llegar a ver en una década, no ha existido una representación femenina como la de Natalie Portman. Sus pasos de la virginalidad a la oscuridad más barriobajera son aterradores, y hacen que su Oscar sea el más justo en mucho tiempo.
La dureza visual de la película hace mucho más creíble cada minuto del metraje, lo brotes sicóticos, las transformaciones y en general toda la ambientación oscura y de intriga sin fin.
Por último recomendaros que no tengáis miedo a acercaros a disfrutar de ella. El que quiera ver una peli sobre ballet, la verá, pero el que no, quedará prendado de un thriller sicológico desgarrador y oscuro, que al salir de la sala te dejará roto pero satisfecho.
Pretenciosamente vuestro;
PITUFO FILÓSOFO
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