Todos los años, cuando se acerca el mes de Marzo, trae consigo la Ceremonia de entrega de los Premios Oscar. En mi enfermedad cinéfila, me dispongo a tragarme todo lo que se estrene a tiempo, sea cual sea su condición y sean cuales sean los sentimientos que me despierte.
Cuando antiguamente había 5 nominados a la mejor película, una de ellas me solía dejar muerto de aburrimiento, por lo que en la tesitura actual de 10 nominados, la estadística dice que esto mismo me pasaría con 2.
Cuando ayer tarde me dispuse a sufrir “127 Horas” (Danny Boyle, 2.010), para nada esperaba encontrarme con una de las mejores películas del año, como finalmente fue.
No me culpéis, la premisa no era muy alentadora, un montañista se queda en una grieta y se ve obligado a cortarse el brazo. Si nos paramos a pensar casi todos partiríamos con el prejuicio de que es un corto de 5 minutos estirado, sepa Dios como, a más de una hora y media. Pues nada más lejos de la
realidad.
Danny Boyle fue la eterna promesa que se convirtió en el eterno fracaso, por culpa de Di Caprio y una maldita playa, pero supo volver a sus orígenes gracias a una película muy acertada, que no es “Sllumdog Millionaire”, si no “Millones”, donde ya demostraba sus ganas de salir del hoyo.
James Franco se come él solito más de una hora de película, quien lo iba a decir viendo esos inicios.
“127 Horas”, no es una película de montañismo, es un soliloquio sobre la superación personal y la fortaleza del ser humano, que además emociona y te hace pensar que perteneces a una gran raza con los cojones como el caballo de Espartero.
Danny Boyle, consigue todo esto, sin abandonar en un solo momento su estilo personal y perfectamente identificable, que al fin y a la postre, es lo que diferencia a los genios de los eternamente mediocres que se hundirán eternamente en “el baño más sucio de Escocia”.
Espero que estas líneas no suban mucho vuestras expectativas, ya que en ocasiones las bajas expectativas nos ayudan a digerir algún truño, aunque este no es el caso.
Recomendando encarecidamente que os acerquéis al cine a verla y encantado de pertenecer a la raza humana me despido.
PRETENCIOSAMENTE VUESTRO:
PITUFO FILÓSOFO
4 comentarios:
No recuerdo ahora bien la historia pero hace no mucho salió la noticia de un viejo que se cortó su brazo en la selva para poder salir de un apuro y que además en el camino tuvo que matar a palos una fiera salvaje con hambre. Cosas que gracias a dios no nos pasan a los que trabajamos en una oficina.
Bueno, hay jefes a los que yo tb mataría a palos...
Peor sería tenerse que cortar la po..
Ya, sobre todo si lo tienes que hacer a mordiscos...
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