jueves, 12 de mayo de 2011

COMO UN NIÑO DE 6 AÑOS

La pasada Semana Santa, la he invertido en parte en empaparme de cultura teatral y de espectáculo en la Capital del Reino. El motivo por el que he tardado en comentar la jugada, es el tiempo que he necesitado para reponerme del último espectáculo del “Cirque du Soleil”.

Esta compañía canadiense hace que lo de “El espectáculo más grande del mundo”, pueda ser aplicado sin ningún tipo de tapujos al circo, o por lo menos al que ellos hacen. Los primerizos como yo, abandonamos el espectáculo, con la pena de un niño de 6 años abandonan las vacaciones de verano. Mientras estás saliendo, se te pasa por la cabeza la idea de que ha durado tres horas, pero podrías haber aguantado seis.




Durante las semanas previas, los ya ductos en la materia, se afanan en insistir en que nunca han visto nada semejante, en que es indescriptible, en que no se puede explicar con palabras, etc. Todo eso se queda corto y puedo decir sin miedo a equivocarme, que son los 60 euros mejor gastados en entretenimiento de mi vida.

Aunque pueda resultar presuntuoso trataré de describir el espectáculo de “Corteo”. Para los que no tengan ni idea de en qué se basa “El circo del sol”, decir que sus espectáculos toman una trama argumental como pretexto para entrelazar en ella espectáculos circenses entre inverosímiles y anonadantes, todas ellas enmarcadas en un patio de escena exquisitamente bien decorado, mientras de fondo va sonando, en directo, la música compuesta para el evento. En esta ocasión, el hilo argumental son las exequias fúnebres de un artista circense, pero eso es casi lo de menos.

Lejos quedan los payasos borrachos entre caravanas de la trastienda, los tigres medio muertos de hambre y todo ese elenco de freaks, en el que el circo se había convertido, con “Le Cirque du Soleil”, el espectáculo ha renacido reinventándose y hará que todos volvamos a ser como niños de 6 años.

PRETENCIOSAMENTE VUESTRO
PITUFO FILÓSOFO

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