LAS HE VISTO MEJORES

En muchas ocasiones, ocurre en una película que las interpretaciones se encuentran a años luz del resto de los parámetros que la constituyen. Esto aún siendo algo bueno, no hacen de la película una obra maestra si no simplemente una labor actoral más que digna. Algunos ejemplos de esta situación pueden ser “Antes de que anochezca” o “Mejor imposible”, lista a la que sin duda podremos añadir “The Fighter” (2.010, David O. Rusell).

He de admitir que no soy un gran admirador del boxeo, pero sí del drama pugilístico, ya que resulta ser un género que nos da, al menos, una obra maestra por década. En esta ocasión la película no aporta nada nuevo. El guión es el de siempre, con la salvedad que en esta ocasión la trama involucra a dos hermanos. Bajo mi humilde opinión, no destacar como guionista en una peli de boxeo es un demérito considerable, no olvidemos que es un arte en el que Stallone lo consiguió, y no escribir mejor que el mencionado es una grave afrenta a la intelectualidad. Por otra parte, la película se pretende distanciar del resto mediante el modo de filmación de las peleas, lo que finalmente supone el mayor de los errores. Los combates se filman a modo de retransmisión deportiva de la HBO, y esto elimina por completo la épica del combate y esos planos a cámara lenta que tanto suelen emocionar en este género. Por todo lo dicho, podríamos preguntarnos de dónde le viene el éxito a “The Fighter”. La respuesta es más que obvia si tienes la suerte de verla en versión original (por muy snob que suene), las interpretaciones de los cuatro protagonistas son simplemente sublimes.

La película trata de dos hermanos, uno de los cuales ha llegado a ser un boxeador “casi famoso” y ahora es víctima del crack, mientras que el otro pretende llegar a ser un buen luchador, pero para ello necesita la ayuda de su hermano en una imposición casi enfermiza provocada por la madre de ambos.

Mención especial para Christian Bale y su interpretación de “casi famoso” adicto al crack. Es probable que su selección de papeles le acabe causando algún desorden sicológico como ocurrió con Brando, pero al igual que con el orondo actor, el beneficiado es el espectador. En resumen, las interpretaciones son espléndidas, pero sinceramente pelis de boxeo, las he visto mejores.

PRETENCIOSAMENTE VUESTRO

PITUFO FILÓSOFO