Es justo dedicar mi primer post sobre libros al primer libro que leí, el primero que me enganchó e hizo nacer dentro de mi ese “gusanillo” que con el paso de los años se convirtió en una “boa” hambrienta incapaz de saciarse por muchos millones de de palabras que le dieses para comer y que me capacitó con cualidades impropias de cualquier ser humano como la de girar mi cabeza en ángulos anatómicamente imposibles sólo para ver el título del libro que está leyendo una persona que está sentada frente a mi en una cafetería.
Mi primer libro (cosa importante) se titulaba “LOS CINCO EN PELIGRO”, fue escrito por Enid Blyton en 1952 y yo tenía 6 años cuando lo leí. No recuerdo exactamente el argumento y no sería justo volver a leerlo ahora ya que podría sufrir una decepción de la que no me recuperaría, pero recuerdo la sensación de meterme todos los días en la cama con ganas de leer y la certeza (falsa) de que nunca podría terminarlo. A este libro de “Los cinco” le siguieron todos los que formaban la colección y la emoción que sentía cada vez que me regalaban un libro nuevo, emoción que hacía que me entusiasmase ante la promesa de experiencias nuevas que me ofrecían aquellos “millones” de páginas por explorar....constante en mi vida que se viene repitiendo desde hace 32 años.
Sin hacer ningún esfuezo recuerdo los nombres de los personajes: Julián, Dick, Ana, Jorge (que realmente era Jorgina..Ah!) y Tim (que era el perro de Jorge). Recuerdo tambien los continuos viajes que hacían solos (sus padres en estos tiempos serían acusados de abandono o declarados incompetentes y los niños metidos en un centro de acogida) y que siempre encontraban un misterio allí donde fuesen (eso me hizo pensar que había contrabandistas donde veraneamos desde hace mil años...cosa que aun no descarto). Pero lo que recuerdo, recuerdo, recuerdo...y siempre recordaré en el momento que me mencionen algo de literatura juvenil son aquello bocadillos de pollo frio que siempre aparecían en sus cestas de viajes y la alegría de meterme en la cama con un libro para leer.
Así que...GRACIAS Enid Blyton, por los bocatas de pollo frio...pero sobre todo por descubrirme el PLACER DE LEER.
2 comentarios:
Muy bueno Pizkillax.
A mi tb me gustó mucho en su día, la relectura se la dejaré a mis hijos...cuando los tenga.
Yo recuerdo que antes de los cinco deboré unos cuantos de El Pequeño Nicolás. Con el tiempo descubriría que René Gostini también era co-creador de Asterix y a partir de ahí ya no hubo vuelta atrás: Libros, comics, manga, revistas todo era necesario para alimentar mi ansia de nuevas historias.
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